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Día de lxs Arqueólogxs
Miradas sobre la Arqueología
En el marco del Día de las y los arqueólogos en Argentina, que tiene lugar cada 18 de septiembre en conmemoración del nacimiento de Florentino Ameghino (1854-1911), antropólogo y científico autodidacta, hablamos con arqueólogas y arqueólogos del Instituto de Antropología de Córdoba sobre esta profesión, práctica y disciplina científica.
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Miradas sobre la Arqueología
18 de septiembre: Día de lxs Arqueólogxs
En el marco del Día de las y los arqueólogos en Argentina, que tiene lugar cada 18 de septiembre en conmemoración del nacimiento de Florentino Ameghino (1854-1911), antropólogo y científico autodidacta, hablamos con arqueólogas y arqueólogos del Instituto de Antropología de Córdoba sobre esta profesión, práctica y disciplina científica.
Les preguntamos qué es la arqueología y por qué la consideran importante, y también, les pedimos que nos compartieran información que les resultara especialmente apasionante.
Bernarda Marconetto
Creo que la arqueología en tanto antropología es una herramienta teórica y metodológica que aporta a dar cuenta de la diversidad humana. La particularidad es la posibilidad de comprender esta diversidad a partir de tramas que involucran a humanos, plantas, animales, fenómenos meteorológicos y materiales en una amplia escala temporal.
La arqueología me enseñó a investigar y pensar en equipo. La posibilidad de hacer largos trabajos de campo lejos de mi cotidiano, compartiendo con colegas y gente de otras comunidades, habilita un ejercicio particular de reflexión y aprendizaje. Sumaría sobre todo los vínculos de amistad que he ganado en este trabajo.
La arqueología es la ciencia más interdisciplinaria que conozco. Estudia los cambios, continuidades y discontinuidades en las formas de vida de las sociedades pasadas a través de su comportamiento material. Por ello, necesita ser interpretada desde todos sus frentes, la clave de la misma está en su pluralidad de voces.
Lo curioso es investigar sociedades del pasado pensando que eso implica lejanía, y la verdad es que en mi caso, estoy tocando las rocas que tocaron, no podríamos estar más cerca. El pasado no es lejanía, el pasado invade nuestro presente y modela nuestro futuro; aquí la importancia de conocerlo.
La arqueología ha significado mucho a lo largo de mi vida. Desde que era una niña quise dedicarme a esta profesión. Siempre tuve muchas preguntas con respecto a quienes, en el pasado, habían vivido en el lugar donde había crecido y me interesaba sobre todo conocer cómo habían fabricado las puntas de proyectil de piedra.
Trabajar como arqueóloga es una pasión. Hay momentos que son muy gratificantes, por ejemplo, cuando estoy en el campo (excavando o prospectando) o en el laboratorio (observando o manipulando determinados objetos). También cuando comparto mis ideas o conocimientos con otras personas, en un intercambio de saberes que es muy enriquecedor.
La arqueología me gusta pensarla como un oficio, no solo una disciplina científica. Un oficio que, a diferencia de otros como la etnografía, requiere aprender a reconocer e interpretar huellas e indicios muy fragmentarios que provienen de tiempos pasados. Esos indicios son las huellas materiales que quedan en el presente de diversos y múltiples modos de vida, algunos de tiempos históricos muy antiguos y otros que continúan hasta la actualidad.
El oficio de la arqueología, al reconocer esas marcas materiales, esas memorias que quedan de esos múltiples modos de vida, puede convertirse en una herramienta importante que nos permita contraponerlos con el nuestro. De esta forma, da lugar a procesos críticos del presente. Además, nos permite pensarnos como personas históricas; nuestro presente está articulado, anclado y, en muchas ocasiones, estructurado por muchas tecnologías, materiales, objetos y modos de hacer que provienen de tiempos inmemoriales.
La arqueología es una aventura que nos permite adentrarnos en mundos del pasado a partir de rastros que funcionan como las pistas para un detective. A veces esos rastros son grandes y hasta hermosos, pero la mayoría de las veces son casi invisibles a los ojos, y son ellos y sus relaciones lo que nos abre una ventana al pasado.
Lo más apasionante para mí es descubrir historias del pasado a partir de cosas que hoy serían consideradas basura, como la caca de los animales. También descubrir procesos que ocurren en espacios muy grandes o en tiempos muy largos, sólo perceptibles desde la arqueología. Y comprender de dónde venimos, como en el caso de los orígenes del Antropoceno.
La arqueología es una disciplina científica que nos permite interpretar el pasado desde el presente, ayudándonos a entender los procesos y las personas que nos rodean, y, por lo tanto, a nosotros mismos como parte de una historia mayor. Creo que favorece comprender la variabilidad humana y nos ayuda a ser parte de una sociedad más tolerante.
Un tema que me apasiona es el primer poblamiento humano de América, y preguntarle a la gente cuándo cree que fue, ver sus caras cuando hablamos de la gran antigüedad y de los problemas que tenemos los arqueólogos para responder la pregunta. Otro es cuando empezamos la materia arqueología, sobre cazadores recolectores, y deconstruimos la idea de "lo salvaje".
→ Accedé al video desde nuestras redes sociales: @idacorconicet
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Comunicación: Belén Nocioni.