En los medios / ¿El punitivismo es una trampa sin salida?

En los medios: "Baja de la edad de imputabilidad: ¿El punitivismo es una trampa sin salida?"

El antropólogo Agustín Villarreal, miembro del Núcleo de Antropología de Violencia, Muerte y Política del IDACOR fue consultado por El Resaltador sobre la discusión que atañe a la baja de la edad de imputabilidad: ¿El punitivismo es una trampa sin salida?


El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, aseguró que presentará un proyecto para bajar la edad de imputabilidad a los 14 años. Dialogamos con el antropólogo Agustín Villarreal, miembro del Núcleo de Antropología de Violencia, Muerte y Política del Idacor (CONICET), acerca de ello.

Durante las últimas semanas, la baja de la edad de imputabilidad volvió a ocupar un rol central en la agenda política, luego de que el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, asegure que presentará un proyecto para que el mínimo de edad para ser punible sea 14 años.

"Hay dos sistemas en el mundo. Tenés el criterio suizo, o inglés, que divide según los delitos y te hace graduaciones según la edad. Empieza hasta con los 10 años. Pero en principio, de todo lo que llevo leído, prefiero algo sin tanto vericueto", declaró el ministro durante una entrevista en Radio Rivadavia respecto a las alternativas para reformar el sistema de justicia para minoridad.

En diálogo con El Resaltador, el antropólogo Agustín Villarreal -miembro del Núcleo de Antropología de Violencia, Muerte y Política del Idacor (CONICET)- mencionó que, desde que asumió Milei como presidente, resurgieron discusiones que, en apariencia, parecían subsanadas.

"El punitivismo radicalizado comenzó a tener un gran protagonismo como práctica de resolución de conflictos. Esto comenzó a ser expresado mediante el protocolo antipiquete del Ministerio de Seguridad o con el proyecto de la “ley ómnibus”, que se discute actualmente".

Esto también se cristaliza "cuando un diputado del partido oficialista pide "cárcel o bala" para diputados de izquierda o hace analogías con un queso gruyere sobre cómo deberían terminar las personas que asesinaron a una niña de 9 años", agregó Villarreal, a propósito de una publicación en la red social X de José Luis Espert, quien posteó una foto de un queso con la leyenda "A los asesinos de Umma".

Para el antropólogo, se trata de discusiones que surgen en un determinado momento y su principal finalidad es "visibilizar la agenda y el orden de prioridades de la derecha, sobre todo en este contexto en particular". En este marco, "el impulso oficialista de bajar la ley de imputabilidad hasta los 14 años no iba a quedar atrás bajo esa orquesta de fondo".


Un poco de historia

En 1980, mientras regía la última dictadura militar en Argentina, se promulgó la Ley Nº 22.278, que habilitó la penalidad a partir de los 14 años. En 1983 se modificó la normativa y ese límite se subió a los 16.

"Durante el 2004, frente a las reformas de la ley penal ("Leyes Blumberg"), también se discutió y se intentó bajar nuevamente la imputabilidad hasta los 14 años. Así, frente a situaciones de violencia que protagonizan niños o hechos delictivos que conmueven socialmente, se vuelve a poner en discusión el mismo tema y la receta de la mano dura", explica Villarreal.

No obstante, el antropólogo coincide con el ministro de Justicia en una cuestión en particular. "Es necesario un abordaje sobre aquellas infancias que producen algún hecho delictivo. Sin embargo, no deben ser atendidas desde la criminalización".

"El acceso a derechos y garantías no pueden ser promovidos desde el sistema penal, eso ni siquiera sucede con los adultos detenidos. Más bien la cárcel está llena de personas que están esperando conocer cuál es su condena, como lo explicita el Sistema Nacional de Estadística de la Ejecución de la Pena (SNEEP), con el 57% de la población penitenciaria de Córdoba procesada y solo el 43% condenado, según el último informe anual", aseguró.

Villarreal detalló que, desde el Núcleo de Antropología de Violencia, Muerte y Política del Instituto de  Antropología de Córdoba (Idacor- CONICET), "a través de las pesquisas etnográficas que venimos desarrollando, damos cuenta de que las instituciones de encierro están plagadas de irregularidades, de malos tratos y de muertes. Algunos de ellos como supuestos suicidios o falta de asistencia médica. Cómo así también, en la selectividad del sistema penal sobre los sectores populares, las consecuencias estigmatizantes y traumáticas que devienen de atravesar el encierro penal y el sufrimiento que deben vivir no solo ellos, sino también sus familiares y allegados".

Es por ello que, avanzar en esta reforma, "implicaría someter a niños a espacios y situaciones de extrema vulneración y sufrimiento". No solo eso, sino que, además, "violaría la Ley Nº 26.061 de protección integral de niños, niñas y adolescentes, ya que allí se indica que no pueden establecerse medidas que impliquen la privación de la libertad".

En la misma línea, aludió al Complejo Esperanza, ubicado en la provincia de Córdoba. "Se constituyó con el objetivo de 'promover una intervención socioeducativa mediante un abordaje interdisciplinario e interinstitucional' sobre adolescentes que se encuentran en conflicto con la ley penal. A pesar de ello, el Comité Nacional de Prevención contra la Tortura (CNPT) en las inspecciones que ha realizado al instituto, ha llamado la atención sobre el hacinamiento, las medidas de sujeción sobre adolescentes y posibles hechos de malos tratos y torturas".

"Esto nos permite evidenciar cómo son las lógicas carcelarias que se construyen al interior de estos institutos de menores en los que son alojados adolescentes y que el abordaje termina fundándose más bien en el castigo. Permite observar también cuáles serían los efectos inmediatos si se bajara aún más la punibilidad en espacios que ya tienen hacinamiento", sumó el antropólogo.

Para finalizar, realizó un paralelismo con lo que reclamaba Claudia Cesaroni (abogada y criminalista fundadora del CEPOC) en 2004, en pleno debate por la baja de la punibilidad: "Los espacios de encierro iban a ser ocupados, llenados por los niños, niñas y adolescentes que sufrieron las consecuencias del neoliberalismo menemista y sus políticas de desintegración social. Que hoy, volvamos a discutir esta cuestión, permite vislumbrar que quienes podrían ocupar los establecimientos penitenciarios para menores, serían justamente las víctimas del ajuste del gobierno libertario".


¿Hay salida al punitivismo?

Para el antropólogo Agustín Villarreal, en este momento es muy difícil que se produzca una salida por fuera del punitivismo, porque "se trata de un discurso totalmente exacerbado. Me parece importante pensar en resoluciones de conflictos alternativas, como ya lo hacen algunas provincias sobre delitos menores. Allí se hace hincapié en la mediación, la conciliación y negociación entre las partes para no atravesar por el sistema penal".

"Particularmente sobre delitos cometidos por niños, niñas y adolescentes, por más que suene obvio, es importante considerar las trayectorias de vida, las condiciones contextuales y la posibilidad de brindar respuestas a acciones que no terminen, en la mayor parte de los casos, en el encierro, sino más bien, hacer foco en la construcción de los vínculos violentos, en la forma en la que se constituyen en adolescentes y brindar una respuesta estatal que no implique más sufrimiento o dolor", concluyó.


Nota original en El Resaltador (23.01.2024)/ Por Agustina Bortolon:

https://elresaltador.com.ar/baja-de-la-edad-de-imputabilidad-el-punitivismo-es-una-trampa-sin-salida