Día de las y los Trabajadores 2025 | Trabajar de Antropóloga

Trabajar de Antropóloga

En el marco del Día Internacional de las y los Trabajadores, conversamos con la investigadora Natalia Bermúdez acerca de qué comprende su trabajo como antropóloga. Habla, además, sobre los sentidos en relación al trabajo en el contexto actual y reflexiona sobre el aporte social del hacer antropológico, un oficio que propone nuevas formas de hacer la vida en comunidad.


 


Entrevista

¿Cómo es o qué comprende tu trabajo como antropóloga? 

Con mi equipo hemos venido acompañando procesos de duelo de madres y familiares de víctimas de muertes violentas con el objetivo de entender los modos en que se organizan para tornarlas injustas y condenables. Mi tarea como antropóloga se basa entonces en un trabajo de investigación situada que implica: dar valor a los propios saberes de las personas para resolver los conflictos que los atraviesan, brindar otras herramientas de intervención sobre estos asuntos, así como generar conocimiento que aporte al desarrollo de las ciencias sociales y a la elaboración de políticas públicas desde una perspectiva de derechos. 


Escuchamos a menudo muchas maneras de referirse al trabajo, algunas vinculadas a la dignidad, otras a la falta, otras tal vez al sacrificio. Algunas miradas sobre el trabajo y la generación de riqueza. Por otro lado, también, a ciertas ideas de justicia -o de justicia social-, o de valor como aporte social. ¿Qué concepción o qué mirada de trabajo supone el hacer antropológico, según tu consideración?

Me parece importante ubicar esta pregunta en un contexto de reestructuración de los sentidos en torno al trabajo, tales como el sacrificio o la búsqueda de dignidad. Valores que se hallan en confrontación con otros más seductores asociados “al dinero fácil”. Y es entendible en un contexto de crisis como el nuestro en el que las generaciones más jóvenes vienen observando que el sacrificio no siempre ha llevado a trayectorias de dignidad o de ascenso social.

La perspectiva de trabajo que supone el hacer antropológico y a la que adhiero -seguramente no es la única-, se vincula con generar un aporte social en asuntos que nos interesan y nos afectan como sociedad. Ahora bien, las condiciones en las que ejercemos nuestro trabajo sin dudas lo hace más o menos “digno”. No puedo dejar de mencionar esto en el actual marco de precarización laboral y de las dificultades que estamos teniendo como sociedad para crear un proyecto más equitativo. 


¿Qué creés que es lo más valioso y qué creés que es lo más difícil de trabajar como antropóloga?

Muchos han definido el trabajo de un antropólogue como un oficio artesanal, porque en el proceso vamos creando herramientas para entender a los demás desde las propias posiciones que cada uno ocupa: rompiendo moldes y proponiendo nuevas maneras de mirar, sentir y de hacer la vida en comunidad.

El trabajo de la antropología creo que cobra mayor valor en estos días de espectacularización de la violencia y de los discursos de odio y humillación, porque precisamente busca aportar a las relaciones de respeto, cuestionando los sistemas de poder que generan sufrimiento y desigualdades sociales en función de las diferencias. Esta contribución hace de este trabajo un gran y hermoso desafío.

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MiniBIO

Natalia Bermúdez es antropóloga, Dra. en Ciencias Sociales, investigadora del CONICET en el Instituto de Antropología de Córdoba. Coordina el “Núcleo de Antropología de la violencia, muerte y política”, y el “Núcleo de Antropología de lo Visual”. Tanto las temáticas de los libros y de los artículos publicados como de los proyectos que dirige, buscan problematizar cuestiones vinculadas a la clase, el territorio, la muerte, las violencias, los conflictos y las prácticas políticas, así como los diversos usos de las imágenes en la investigación antropológica. Su labor de investigación se articula con diversos proyectos en el que intervienen colectivos, organismos de derechos humanos y organizaciones socio-políticas. 


Producción:
Área de Comunicación de IDACOR.
Belén Nocioni, Ana Piovano y Natalia Asselle.