- Noticias / Trabajo de campo con Mariana Mondini: Relaciones entre humanos y animales en el pasado
Trabajo de campo #6 | Mariana Mondini
Trabajo de campo con Mariana Mondini: Relaciones entre humanos y animales en el pasado
Mariana Mondini es Doctora en Arqueología e investigadora de CONICET en el Instituto de Antropología de Córdoba. Sus investigaciones se centran en las diversas relaciones entre humanos y animales en el pasado y en la formación de las huellas que generan a lo largo del tiempo. A través de su trabajo de campo en zonas áridas de Argentina, conocemos más sobre qué nos dicen esos rastros acerca de cómo era el mundo en el pasado.
Compartir en
redes sociales
Trabajo de campo
Relaciones entre humanos y animales en el pasado
El trabajo de campo de Mariana Mondini en zonas áridas de Córdoba y Catamarca
Mariana Mondini es Doctora en Arqueología e investigadora de CONICET en el Instituto de Antropología de Córdoba, donde dirige el Laboratorio de Zooarqueología y Tafonomía de Zonas Áridas (LaZTA). Sus investigaciones se centran en las diversas relaciones entre humanos y animales en el pasado y en la formación de las huellas que generan a lo largo del tiempo.
A través de su trabajo de campo en zonas áridas de Argentina, conocemos más sobre qué nos dicen esos rastros acerca de cómo era el mundo en el pasado. Además, la investigadora también nos habla sobre su profesión y oficio. Hace foco en la arqueología como trabajo, responsabilidad social y actividad creativa.
Entrevista
¿A dónde se sitúa tu trabajo de campo, en qué espacio y/o con qué comunidades?
Mis investigaciones giran en torno a comprender las relaciones entre humanos y animales en el largo plazo en las tierras áridas de la actual Argentina. Mi trabajo de campo se desarrolla específicamente en dos áreas: el valle de El Bolsón en Catamarca y el Parque Nacional Quebrada del Condorito (PNQC) aquí en Córdoba.
En el valle de El Bolsón estamos trabajando con el Colectivo Interdisciplinario e Intercultural de los Valles Altos de Catamarca (CIIVAC). Allí desarrollo investigaciones principalmente arqueológicas, que forman parte de un proyecto mayor que abarca especialistas de varias disciplinas de las ciencias sociales y naturales, artistas y la comunidad local. El valle de El Bolsón forma parte de los valles altos del Noroeste Argentino -que se ubican entre la Puna y los valles bajos, más conocidos arqueológicamente-. Estos valles altos presentan características únicas, tanto geográficas como históricas, que apenas comenzamos a comprender.
Tanto allí como en el PNQC realizo además investigaciones tafonómicas, destinadas a comprender cómo se forma el registro arqueológico, y así poder eventualmente hacer inferencias sobre las sociedades del pasado y su entorno. En este sentido, el área del PNQC es igualmente importante, ya que hasta ahora no contábamos con este tipo de estudios en las Sierras Grandes de Córdoba. Las investigaciones tafonómicas que realizamos en ambas áreas incluyen estudios actualísticos, que consisten en observar los efectos de distintos agentes y procesos naturales sobre restos faunísticos en el presente. Esto nos permite generar modelos para luego interpretar el origen de esas mismas evidencias en el registro arqueológico.
¿Cuál es el tema de investigación o lo que te interesa abordar o preguntarte en o sobre este campo?, ¿por qué lo considerás relevante?
Los trabajos de campo que realizo surgen de preguntas generales y algunas más específicas. Por un lado, mis investigaciones giran en torno a comprender las relaciones entre humanos y animales en el largo plazo en las tierras áridas de la actual Argentina. Mi trabajo de campo se desarrolla específicamente en el valle de El Bolsón en Catamarca. Estas preguntas se entrelazan además con las de otros miembros del CIIVAC que se enfocan en otras dimensiones de la vida campesina en el pasado y el presente, y con las preguntas y aportes de los propios pobladores del lugar.
Respecto a las investigaciones tafonómicas, están orientadas a comprender la historia de los registros del pasado que estudiamos, desde que se forman hasta que los recuperamos y observamos en el presente. El trabajo de campo sobre este tema se desarrolla tanto en el valle de El Bolsón en Catamarca como en el Parque Nacional Quebrada del Condorito (PNQC) aquí en Córdoba. Estos estudios nos permiten discernir qué propiedades del registro arqueológico nos hablan del comportamiento de las personas y sociedades humanas, y cuáles responden a otros factores. Y también nos permite comprender cómo eran los entornos donde vivieron esas poblaciones pasadas a partir de todas las evidencias que los procesos y agentes naturales fueron imprimiendo en el mismo registro, convirtiéndose así, más que en meros sesgos, en una fuente de información privilegiada sobre los ambientes pretéritos.
¿Podés compartir algún ejemplo de una interpretación/ nueva información/ conclusión/ resultados a la que hayas llegado a partir de algún material arqueológico específico?
A través del análisis de los huesos, que son uno de los materiales animales más duraderos, sabemos qué animales silvestres vivían en la zona que ya no están, como el guanaco y la taruca en el caso del valle de El Bolsón. También podemos saber cuándo ingresaron los animales domésticos, las llamas en este caso, y las sociedades fueron cambiando de cazadoras-recolectoras a agropastoriles. Pero además les arqueólogues apelamos con métodos cuidados a analizar todo tipo de evidencias, y a veces aquellas menos pensadas, como las cacas de los animales, nos proporcionan valiosa información también. En el valle de El Bolsón, por ejemplo, hemos detectado el ingreso de cabras –y con ellas, el de zoonosis como las provocadas por el parásito Fasciola hepatica– poco después de la llegada de españoles al Noroeste Argentino, a partir del estudio de sus heces arqueológicas.
Y desde una mirada más singular, ¿qué representa la arqueología para vos? ¿Transformó de algún modo tu forma de ver el mundo?
Para mí la arqueología es un trabajo –por representar un medio de vida, a pesar de las horas extra no remuneradas y de tener que financiar muchas veces los estudios de nuestro propio bolsillo–, una responsabilidad social –por haberme formado en la universidad pública argentina y ser ahora docente en ella, y por ser además una investigadora nacional dependiente de una de las instituciones más prestigiosas a nivel global como es el CONICET–, y también una aventura. Este último aspecto es para mí clave, en tanto el trabajo científico requiere no sólo del conocimiento y manejo de datos sino también de altas dosis de creatividad, de escucha atenta a las comunidades locales, y de trabajar para no imponer nuestros prejuicios y maneras de ver el mundo a sociedades del pasado. En este sentido, la arqueología me ha permitido acercarme a las relaciones de las sociedades del pasado con los animales que representan modos de vida y de ver el mundo muy distantes de los nuestros, y de los cuales podemos aprender mucho. A veces, lo viejo funciona.
→ Mirá este contenido en nuestras redes sociales, con imágenes y videos de la investigadora: click acá.
Producción: Belén Nocioni y Natalia Asselle | Área de Comunicación del IDACOR.
Diseño de piezas gráficas: Anna Brizuela | Pasante del Área de Comunicación del IDACOR.